17 de Enero 2004
...y el alacrán que se inyecta su propio veneno...
Alguna vez, en mi infancia, para consolarme de las continuas y crueles burlas de mis compañeros, alguien me dijo que ellos actuaban así porque tenían envidia de mi y de mis dones.
No recuerdo cuando lo escuché por primera vez. Pero si algo es seguro es que probablemente lo haya escuchado alguna vez de mi mamá. Ella vivía, y aún vive, en un mundo donde el que no es sardina quiere ser tiburón, en donde la gente buena y honrada es constantemente amenazada por la gente envidiosa, cizañera y serruchapuestos. Su paradigma es que todos envidian a los que estan un poquito mejor. Su esperanza es la ley del karma, que devuelve el mal a quien lo comete en forma duplicada, confiada como está en que sus propios actos injustos no regresarán a golpearla.
Poco a poco la idea fue entrando dentro de mi, un veneno ponzoñozo que lenó de rencor y de tristeza mi obre espiritu. Por un lado, porque ya tenía la excusa perfecta para justificar la conducta del otro "Me tratan mal porque me envidian y me odian". Y al mismo tiempo, me permitía envidiar profundamente a todos aquellos que tenían lo que parecía negarseme: amor romantico, belleza fisica según el patrón Souza, talentos mejores desarrollados que los míos. Viví en la etica del odio, con un "es envidia" ante cualquier trato que parezca extraño, un "es interés" ante cualquier comportamiento positivo, con un "me vengaré algún día" ante las pequeñas ofensas.
¿Alguien me puede decir quien puede crecer en el veneno? ¿Como pueden crearse amistades, madurar emocionalmente, en un mundo donde todos desconfían de todos? La unica relación posible para alguien que vive de la envidia es la de estar con quienes no pueden envidiarle, o con quienes no pueda envidiar Pero si a ver vamos ¿quien no envidia? ¿y quien no puede ser envidiado? Esto crea una circunstancia rara. si todos envidian tus razgos por sobre la media ¿la unica forma de ser aceptado es renunciando a eso? ¡Pero si de eso depende mi propuio Statuis Quo!
El orgullo que permitía todo eso se cayó el día que recibí el shock. No no un solo shock, ni no cualquier shock. El shock de que un profesor simplemente se largue ante un desplante tuyo. El shock de haber reprobado una materia que creías aprobada, de un profesor al que adorabas. El shock de leer, en algún sitio, que tu eliges la forma en la que te tratan. El shock de darte cuentea que, a la final, no es el talento ni la inteligencia ni la rabia lo que dan el triunfo, sino la voluntad, la lucha, la confianza y la empatía. Y sobre todo, el shock de admitir que hasta un mangaka de diseño simple dibuja mejor que yo, pero que con practica suficiente puedo alcanzarle... y quizas, que ni siquiera haya sido necesario hacer esa comparacuión en primer lugar.
Y no se como, un día desperté y descubrí que no tenía nada que envidiar, y que nadie tenía por que envidiarme. Quizas esto parezca exagerado, y lo es. Pero en cierto sentido, es cierto. Fue un chispazo de iluminación el darme cuenta que de cualquier don que yo tenga, de cualquier cosa que yo podea, de cualquier persona que me quiera, SIEMPRE va a existir aljo mejor. Siempre va a haber alguien más talentoso, algo mas hermoso, alguien más especial. Y eso significa que NADIE tiene razones para envidiarme. No que no las haya habido, no es el punto. Pero por cada habilidad positiva que tenía tenía una negativa igualmente poderosa y que nadie envidiaba. Envidiaban la brillantez del cristal, pero no el peso del jarro ni la necesidad de pulirlo conbstantemente.
El mundo es una curva estadística normal, y el preocuparse si estas arriba o abajo, a la derecha o a la izquierda es irrelevante. No puedes envidiar a nadie porque siempre habrá alguien mejor, y por lo mismo no puedes ser envidiado. e igual para regocijarte de las desgracias ajenas. El Boomerang que golpea a otros tarde o temprano viene por tí.
Finalmente, un domingo por la tarde mientras esperaba un carrito que me llevara a mi casa llegó la revelación final. Pensé que tal vez esas personas que eran crueles conmigo cuando yo era niña no lo eran por envidia. Tal vez porque les pareció meterse cion un blanco facil. Tal vez porque no tuvieron suficiente comida en el desayuno.. Tal vez porque no conocían otera forma de ser. El caso es que pudieron haber tenido millones de razones y ninguna pudiera haber estado relacionada conmigo. Cualquiera que hubiera sido su motivación, era cosa de ellos ¡y no tenía nada que ver conmigo! Y si realmente hubieran actuado poe envidia, entonces sus comportamientos estaban relacionados a sus sentimientos y pensamientos, no a mi persona o a mi forma de ser. Sus propias reacciones eran responsabilidad de ellos no mías. si sentñían envidia ¡Allá ellos! Yo no tengo por que preocuparme de si me envidian o no, de si me quieren serruchar o no. Yo continuo marchando y luchando. Elos que sigan en lo suyo. Si me interfieren, rodeo. Si me aplastan me aparto. y si me serruchan y caigo, pues a sacudirme el polvo y continuar. ¡Nada puede dañarme si yo lo permito! Tal vez ellos "ganen", pero el karma es implacable. ¡La que se llevarán cuando se enteren de que aquello que tanto envidiaban les cobra el precio que no querían! Y yo, tranquila y 'pa lante, que es lo que realmente importa.
Aún no me libro por completo de la envidia. Aún siento un estujo en el peso cuando veo las vitrinas de las tiendas, las parejitas que pasean, los aronçmas de la feria de comida. Pero ya no duele tanto. Mi mente reacciona con un "Ya vendrá" "La lo traeré","ya llegamos a la casa y comemos". Y sigo con mi vida. Quizas un día pase algo que que haga decir que fui una pendeja comeflor al escribir todo esto, pero espero que mi propio texto me hsas reaccionar, que me recuerde la epoca en la que luche por cultivar mi propio pensamiento y mi propio criterio, aprendiende el optimismo y la asertividad.
Y recordar la inutilidad de la envidia, la rabia y la revancha, que no me enseñaron a salir del problema y sólo me dejaron un hueco en el alma.
Nada tan idiota como ingerir el veneno propio, ciertamente. Puede que en pequeñas dosis uno se acostumbre, pero a la larga uno puede morir aplicandose su propia ponzoña. Los animales ponsoñozos lo saben. Los humanos están tan embebidos en los dividendos neuroticos de su ajenjo espiritual que no se dan cuenta que cada trago les acorta la vida y que en cualquier momento pueden tomar la dosis mortal
Debo de recordar esto el resto de mi vida. Por siempre.
¿Que me han dicho?
Muy bueno el post, tendria que hacer unas cuantas consideraciones y sugerencias, pero sera en otro momento, y quizas en otro lugar.
yo no creo que la envidia sea mala, yo por ejemplo envidio la genialidad de phillip glass, la voz de dave gahan y otro monton de cosas, no me parece malo envidiar cosas realmente valiosas, o mejor dicho codiciarlas, mientras se tenga clara la voluntad de obtenerlas limpiamente y que no sean tonterias como "le envidio el celular a ese tipo"
Unamuno dijo al respecto: "Siempre ambiciòn, nunca codicia" y ahi esta el pequeño detalle...hope you get it
a Juan: yo tambien pienso que la ambición no es mala. La ambición como deseo de obtener y de lograr y de alcanzar al maestro es algo muy bueno, mientras sea motor impulsor.
Pero en el post me refería a la envidia como sentimiento autodestructivo y destructor, generador de rencor y de tristeza. Algo que yo conozco muy bien.
Apoyo a la ambición, no a la codicia ni a la ambición destructiva.
Yo, cuando estoy en un trabajo y no siento que me quieren serruchar el puesto. Me incomodo.
Para mi la envidia y toda esa clase de sentimientos son normales.
Acerca de ingerir el veneno propio. Me encanto la frase.
Excelente post!